Problemas durante y después de embarazo

Las hembras suelen dar a luz durante la tarde, la noche o por la mañana temprano, pero a veces pueden parir durante el resto del día. La hembra está activa en el momento del parto, contrayendo sus músculos abdominales dos o tres veces antes de parir cada cría (los bebés suelen nacer en intervalos de 10 minutos aproximadamente). Entonces se sienta y se encorva para favorecer la salida del recién nacido, que suele ocurrir un par de minutos después. La placenta es expulsada tras el nacimiento de la cría y normalmente la madre la ingerirá ya que es una buena fuente de proteínas.
Para empezar las hasmter o ardillas rusas no menstruan, así que si tiene sangre, o esta sangrando esto significa que tiene un problema y es mejor llevarla al veterinario, es mejor si es de animales exóticos, después de que la hembra ha dado a luz a menudo se pueden observar manchas de sangre sobre la viruta de la jaula. Estas manchas son debidas a la expulsión y posterior eliminación de las placentas y es completamente normal. Pero en algunos casos aislados la cantidad de sangre observada es excesiva con lo que sí deberíamos alarmarnos. La madre puede presentar una pequeña hemorragia durante un par de días después del parto sin que sea motivo de preocupación, pero todo sangrado observable abundante en cantidad o tiempo es un signo claro de que algo va mal. El veterinario debería inmediatamente revisar a la hembra, a la que no separaremos de las crías para su traslado a la clínica y no cogeremos excepto en circunstancias de máxima urgencia. aquí mostraremos problemas que puede tener la hembra durante y después de su embarazo.


Distocia:
La distocia se produce cuando una hembra es incapaz de expulsar a las crías en el momento del parto. La causa más común es la interreproducción entre hámsters rusos de Campbell y hámster rusos, produciéndose normalmente cuando la hembra pertenece a esta última especie. Esto se debe a que los hámsters de Campbell fisicamente son un poco más grandes que los hámsters rusos, incluyendo el tamaño de su cabeza. Por este motivo las crías híbridas gestadas son difíciles de alumbrar para una hembra rusa cuyo sistema reproductor está preparado para dar a luz crías más pequeñas. Otras causas posibles son la obesidad en la hembra o posibles deformaciones en las crías.
Los primeros sintomas incluyen el letargo y a veces sangre en la vagina. Los esfuerzos de la hembra por expulsar a las crías pueden dar lugar a un abultamiento de la zona vaginal, que se vuelve amoratada conforme pasan los minutos. Hay que acudir inmediatamente al veterinario para ahorrarle el sufrimiento tanto a la hembra como a las crías. En la mayoría de los casos atendidos correctamente las crías no suelen sobrevivir y la hembra tarda unas dos semanas en recuperarse de la cirugía.
Si la ayuda veterinaria no llega a tiempo la hembra terminará muriendo sin haber podido parir.

Crías muertas:
Aunque no es habitual, existe la posibilidad de que las crías nazcan muertas. No hay una explicación concreta que explique este hecho, ya que puede deberse a que los fetos se desarrollaran con algún tipo de deformidad o que en el momento del parto hubiera alguna complicación. Las crías que nacen débiles en partos tempranos o de gran número de bebés pueden perecer momentos más tarde y serán eliminadas por la hembra para recuperar el aporte proteico necesario para mantener a las demás; o aveces nacen todas muertas menos algunas o una.


Problemas con la placenta:
Puede ocurrir que después de haber dado a luz a las crías alguna de las últimas placentas no sea expulsada por la hembra y se le quede dentro. Cualquier resto, ya sea placenta o feto, que no sea expulsado por la hembra a la hora del parto ya no será reabsorbido al torrente sanguineo por lo que terminará pudriéndose en el interior y provocando una seria infección. Es difícil observar cuando tienen lugar este tipo de situaciones ya que una vez que la hembra ha parido se la ha de molestar lo menos posible. Sin embargo, síntomas como aletargamiento, abandono total de las crías, lavado frenético y excesivo durante largos periodos de tiempo de la zona genital, abultamiento leve pero visible de dicha zona, supuración o mocosidad de extraño color en la vagina, pueden indicarnos que algo no va bien. La atención veterinaria debe ser inmediata y la hembra no debe de ser separada de las crías excepto bajo indicación del especialista.

CUIDANDO A LAS CRÍAS

Las crías nacen inmaduras, sin pelo, ciegas y sordas, y pesando sólo 3 gramos. Son rosadas y la piel es transparente apreciándoseles algunos organos internos como el estómago. A partir del 4º día la piel comienza a pigmentarse y a los 10 días estarán cubiertas totalmente de pelo. Las orejas se les forman completamente entre los 6-7 días. Se alimentan de leche materna aunque conforme van creciendo los padres les traen al nido pequeñas semillas.


- Si la madre ignora a las crías:
La hembra suele abandonar el nido varias veces al día para comer, beber, excretar o simplemente hacer un poco de ejercicio. Sus escapadas del nido no suelen durar mucho y conforme las crías son más pequeñas son menos frecuentes. Sin embargo, si observamos que la hembra lleva todo el día fuera del nido o se ha construido uno nuevo en otra parte de la jaula dejando de lado a las crías sí debemos preocuparnos. Los hámsters no suele abandonar a sus crías, a menos que hayan sido mal manipuladas por nosotros y estén impregnadas de nuestro olor, hayamos estresadosustituyendo el material de nido o de lecho por nuevo. Sin ningún tipo de interacción por nuestra parte, la hembra no suele ignorar a las crías por mucho tiempo, sólo el que le lleve hacer sus necesidades básicas.
Si por la razón que sea, las crías son ignoradas existe una pequeña posibilidad de que la hembra vuelva a hacerse cargo de ellas llevándola de nuevo al nido o transportando cuidadosamente con una cuchara las crías a su nueva cama varias veces hasta que reaccione positivamente.

Canibalismo:
El canibalismo es un comportamiento común en los roedores que suele darse cuando la hembra es demasiado joven para hacerse cargo de las crías o se siente incapacitada para ello ya sea por estrés o por haber tenido varias camadas seguidas. De esta manera, la hembra recupera el aporte proteico que necesita para una nueva camada. Se puede evitar no provocando ninguna de las situaciones especificadas, es decir, no dejando críar a hembras menores de los dos meses y medio y proporcionándoles el descanso y tranquilidad necesarios entre camada y camada.

Hinchazón del abdomen de los bebés: 
En raras ocasiones puede ocurrir lo que se denomina como "fiebre del lactante", la leche materna se encuentra infectada y esto deriva en la hinchazón del abdomen de las crías que terminan muriendo. Normalmente el tratamiento de la madre con antibióticos puede ayudar a la recuperación de los pequeños. Las causas que provocan esta afección no están determinadas pero debe acudirse inmediantamente al veterinario para evitar la muerte de las crías. Otra razón podría ser que los pequeños se encontrarán estreñidos y al no poder evacuar el abdomen aumentara de tamaño. Sin embargo, en este caso la barriga tendría un tacto duro y no blando como en el caso de la fiebre del lactante.

Enfriamiento de las crías:
Durante los primeros días de vida, las crías necesitan del constante contacto con su madre que le proporciona seguridad y sobretodo calor. El hecho de permanecer todas juntas en el nido les beneficia ya que al estar unas contra otras se mantienen bien calentitas. A veces puede ocurrir que la madre arrastre consigo algún bebé que esté aún mamando al salir del nido o que alguna cría se despiste y se aleje del mismo. Al no poseer todavía pelaje la temperatura corporal de los pequeños desciende y se aletargan llegando incluso a morirse si la madre no lo lleva de nuevo al nido.
Sólo en el caso de que la cría lleve un buen rato sola en algún lugar de la jaula debemos actuar. Normalmente la madre no tarda en darse cuenta de que le falta un bebé o éste llama su atención con sus pequeños gemidos, y es transportado de nuevo junto a sus hermanos y lavado para que recupere el calor que haya podido perder.
Si debemos actuar, nunca debemos coger a la cría con las manos, podemos ayudarnos con una cucharilla de postre para transportarla hasta el nido donde la hembra se encargará del resto. Si la cría casi no se mueve o se encuentra muy débil podemos envolverla en un trozo de rollo de cocina o papel higiénico y echarle suavemente nuestro vaho dos o tres veces antes de depositarla en el nido.

Cuando la madre muere:
Las crías huérfanas tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir, siendo casi nulas conforme más inmaduras son.
Se ha comprobado que hay hembras de hámster ruso que han aceptado crías de otras hembras, aunque nada es fiable al 100%. Para que la otra hembra las adopte es necesario frotar a los bebés con el material de nido para que se impregnen del olor y ponerlos junto a las otras crías mientras la hembra se encuentra fuera del nido. Siempre existe el riesgo de que la hembra los detecte y se los coma o los abandone fuera del nido, pero es la mejor opción de supervivencia que tienen los pequeños huérfanos.
La crianza con leche artificial es muy complicada y poco efectiva cuando las crías apenas tienen unos días de vida, por no hablar de horas. Normalmente sólo se tiene éxito cuando están próximas al destete. La leche que debe utilizarse es la que se vende para gatitos y se les debe administrar con ayuda de un cuentagotas. La mayoría de las veces las crías pueden presentar un poco de diarrea mientras se acostumbran a la lactancia artificial.
Por supuesto, nunca debe de faltarles un nido mullido y caliente en el que permanecer todo el tiempo. Conforme vayan cubriéndose de pelo, el contacto entre ellas les proporcionará el calor que necesitan y que les hubiera dado su madre.

Heridas en las mamas:
Las crías nacen con dientes que les ayudan en su etapa de lactantes, sin embargo estos dientes pueden ocasionarle a la hembra pequeñas heridas en las mamas. Son más habituales en camadas grandes o en los últimos días de lactancia y pueden llegar a ser realmente molestas para la madre a la que no será raro oír protestar cuando sus pequeños la lastimen sin querer. Mientras las crías no hayan abierto los ojos no hay mucho que hacer a menos que apreciaramos sangre o heridas considerables. Las heridas se curaran solas normalmente gracias a los lavados constantes que se dará la hembra. Se le puede ayudar aplicandole con ayuda de una gasa estéril un poco de agua oxigenada o betadine diluido en agua al 10%. Es recomendable dejar descansar a la hembra después de la separación de las crías y no juntarla de nuevo con el macho hasta que no se encuentre totalmente recuperada.

DESPUÉS DE ABRIR LOS OJOS

Entre los 13 -16 días de vida las crías abren los ojos. Están perfectamente cubiertas de pelo y se mueven con mucha más soltura por la jaula. Ya comen comida sólida aunque no serán destetados hasta cumplir las 3 semanas. Con este tiempo las crías pueden manipularse cuidadosamente sin miedo a rechazo por parte de la madre. A partir del mes ya se pueden separar por sexos, estando preparados para marcharse a sus nuevos hogares sobre las 5-6 semanas de edad.

Abandono de las crías:
Puede ocurrir que la hembra, ya sea por estrés o porque se prepara para tener su próxima camada, abandone a las crías cuando éstas acaban de abrir los ojos. Los pequeños hámsters, que aún necesitan la leche materna al menos durante una semana más, intentarán que la madre vuelva a aceptarlos muchas veces sin éxito. Los chillidos de protesta se harán más frecuentes, siendo posible que la hembra ataque levemente a los pequeños para que éstos abandonen el nido. Ante esta singular circunstancia, las crías intentarán consumir otro tipo de alimento, privados de sus últimos días de lactancia. Se les puede ayudar ofreciéndoles semillas más pequeñas que las que habitualmente vienen en el pienso para hámsters y que se pueden encontrar en otros preparados para pájaros. La fruta convendría ponersela más troceada, e incluso triturada. Si los pequeños se ven demasiado delgados y débiles, otra opción puede ser alimentarlos manualmente con leche para gatos, actimel en pequeñas dosis y potitos de fruta para bebés.

Segunda camada:
La hembra entra en celo de nuevo varias horas después del parto, con lo que puede ser de nuevo preñada por el macho mientras intenta sacar adelante la camada recién nacida. En estos casos, la hembra puede dar a luz mientras aún sigue amamantando a sus primeras crías. Si la primera camada ya come y bebe sola, es preferible separarla de la madre aunque aún no tengan las 3 semanas de vida. No hay una seguridad entorno a lo que pasaría si los pequeños siguieran junto a la hembra y sus nuevos bebés, algunas veces pueden convivir perfectamente hasta que llega la hora de separarlos pero otras la madre ataca a las crías o éstas dañan sin querer a los recién nacidos. Lo que sí es fiable es que la madre las desteta inmediatamente tras parir por lo que no hay una necesidad primordial de mantenerlas juntas.

Peleas entre las crías:
Los juegos entre las crías pueden derivar con poca frecuencia a pequeñas peleas entre ellas, en las que no suele haber heridas visibles ni graves pero sí un buen alboroto. Si los enfrentamientos entre ellas se vuelven constantes es mejor separar a una de las crías implicadas para evitar males mayores conforme se hagan más grandes.

Problemas con el macho:
Normalmente el macho ayuda a cuidar de las crías dándoles calor cuando son pequeñas, llevándoles pequeñas semillas al nido, regresándolas cuando deambulan por la jaula, pero puede ocurrir que una vez hayan abierto los ojos el macho las ataque. Este comportamiento no muy habitual puede darse por la inminente llegada de una nueva camada o porque la hembra se encuentre en celo pero no se deje montar. En esta situación debe decidirse entre separar al macho o a las crías, para evitar que pueda dañarlas e incluso matarlas.

Muerte de las crías:
Se tiende a pensar que cuando una cría ya ha pasado de la semana de vida hay menos posibilidades de que perezca, pero no es así. Existen casos aislados en los que la hembra ataca y mata a crías con casi 10 días, posiblemente por estrés o por un segundo embarazo. Este no es un comportamiento normal puesto que la madre ha empleado un tiempo y una energía muy grande para sacar adelante su camada, y su muerte no le reportaría ningún beneficio. Pero puede suceder. Es recomendable dejar descansar un tiempo a la hembra antes de que vuelva a tener una nueva camada y cuando llegue el momento vigilar que las cuide bien y no intente atacarlas de nuevo cuando comiencen a crecer.
También hay que tener en cuenta los accidentes y las escapadas, que suelen ser muy frecuentes en nuestros primeros encuentros con las crías. Los pequeños hámsters suelen ser muy inquietos, escurridizos y saltarines, por lo que hay que manipularlos con mucho cuidado y seguridad. Cuando una cría se nos escapa de las manos y cae al suelo no suele sobrevivir, inmediatamente sufre un derramamiento interno, una fractura de columna o un fallo multiorganico.